RITOS ORIENTALES
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    Si rito es el conjunto de gestos, plega­rias, movimientos, posturas, palabras y relaciones que usamos para expresar de forma habitual un sentimientos o una creencia, es normal que en la liturgia de todas las grandes religiones las formas expresivas y las tendencias litúrgicas hayan variado a los largo de los siglos y a lo ancho del mundo.
    Ya en el antiguo derecho y en el Derecho romano se hablaba de rito como forma de ordenar las ceremonias de un acto de culto. En el uso eclesiástico, desde el siglo XII, rito en Occidente significó conjunto de usos de una Iglesia o región (rito mozárabe, rito ambrosiano). En Oriente se identifico rito con Eucaristía, el sacramento más popular junto con el Bautismo.

    1. Ritos litúrgicos

    En su concepto específicamente litúrgico, el término rito, se refiere tan sólo al culto divino, y en especial al modo de desarrollar la Sagrada Liturgia: plegarias, sacramentos, relaciones, ceremonias, compromisos religiosos.
   En la liturgia cristiana esto supone:
     a) Los actos litúrgicos en sí.
     b) El orden y estructura de los actos litúrgicos en cuanto preferencias ordinarias en una comunidad
      c) El conjunto de todas las leyes y costumbres litúrgicas.
   En la Iglesia los ritos, en lo fundamental o básico, son comunes en todas las Iglesias. Pero las formas secundarias han variado mucho. Por ejemplo, el modo de celebrar los sacramentos resalta aspectos que tienen que ver con la propia cultura.
   Por lo general, en lo fundamental se hallan regulados por normas positivas, es decir por leyes del Código de Decreto Canónico para la Iglesia Occidental o Latina; y para las Iglesias de Oriente por un Dere­cho Canóni­co Oriental, que es diferente de las normativas consensuadas por las Igle­sias Ortodoxas y se conocen como "Pidalión o Nomocanon".

   2. Ritos de Oriente

   Se suele denominar así en Occidente a las diversas liturgias que se desarrollan en las Iglesias orientales. y se simplifica con facilidad unificando todas las formas en la expresión de "Rito Oriental". Evidentemente esto es un error, ya que las diferencias se dan también en otros continentes y culturas donde emigraron muchas poblaciones hoy numerosas.
   Muchas veces las formas rituales reflejan diversidades doctrinales o mora­les que pueden ser muy diversas: idea de la autoridad, concepto del Espíritu Santo, culto a los santos. etc. Por eso es importante no entender los ritos orientales como unas formas estéticas o culturales originales sin más, sino mirarlos como un lenguaje de identificación y de predicación.
   Son muchos los modos celebrativos que identifican desde hace muchos siglos a los grupos autónomos de las iglesias orientales, tanto católicos como ortodoxos (cismáticos desde el Siglo VIII con Focio y desde el XI con Miguel Cerulario).
   Hasta principios del siglo XX, los lenguajes eran un elemento de identificación y clasificación de esos ritos. Entre los bizantinos ortodoxos había modalidades propias del rito griego, del véteroeslavo y del eslavo litúrgico
   - El copto y el gheez eran formas casi milenarias entre los monofisitas.
   - El siríaco o el árabe eran originalidades entre los nestorianos.
   La corriente a favor del uso de las lenguas vernáculas diluyó desde mediados del siglo XX esas agrupaciones lingüísticas y se puso en boga diferenciar las distintas Iglesias que exhiben y promueven cada lengua nacional.
   Se pueden clasificar los ritos más extendidos y consistentes en Oriente de la forma siguiente:
      1) Rito alejandrino, observado por los coptos de Egipto, Etiopía y Eritrea.
      2) Rito antioqueno, observado por los sirojacobitas, siromalabares, maronitas y malankares, (estos dos últimos, católicos unidos a Roma).
      3) Rito caldeo, observado por los antiguos nestorianos, llamados asirios, y por los malabares católicos de la India.
      4) Rito armenio, observado por los armenios en sus aisladas comunidades.
   5) Rito bizantino, llamado eslavobizantino, o constantinopolitanos. Este rito en lo esencial es observado por las distintas nacionalidades o minorías religiosas, tanto ortodoxas como católicas, que residen sobre todo en Europa Oriental y Medio Oriente.
   Los dos grupos bizantinos más importantes son a saber:
     - los Grecoconstantinopolitanos.
     - los Rusos.
     - Los derivados de ambos a través de sus actividades misioneras: albaneses, búlgaros, chinos de rito bizantino, estonios, lituanos y letones bizantinos, finlandeses, japoneses de rito bizantino, georgianos, italo-albaneses, yugoslavos de rito bizantino, melkitas, rumanos, ruthenos en varios grupos (polacos, blancoruthenos y eslovacos), ukranianos y húngaros de rito bizantino.
   No es fácil definir su adhesión disciplinar tan reñida en la Historia entre el Patriarcado de Atenas y el de Moscú, habiendo cambiado de obediencia algunos según los vientos de los avatares políticos.


   

 

   

 

 

 

 

   3. Valor de los ritos

   Las comunidades cristianas primitivas, cuando comenzaron a diferenciarse por el lugar, la lengua o los usos, ya elaboraron su propios modelos eucarísticos y sacramentales. Las fórmulas oracionales, eran las mismas en lo esencial, pero variaban según la personalidad o la originalidad de los dirigentes locales y de las mismas comunidades.
   Pero parece seguro que fueron imponiéndose los modelos litúrgicos de las Iglesias más numerosas o influyentes: Roma, Constantinopla, Antioquía, Jerusalén. Esto aconteció tanto en Oriente como en Occidente.
   Significó un impulso a la unidad cristiana cuando se fue imponiendo la liturgia llamada latina, que también sufrió modificaciones en el correr de los siglos, adoptando tradiciones de las otras liturgias occidentales y dejando subsistir algunas formas que no se dejaron absorber como la mozárabe en España y la ambrosiana en Milán.
   Las Iglesias orientales, al no tener un centro de influencia similar a Roma, quedaron muchos más fragmentadas, como acontece hasta nuestros días. Pero los núcleos principales terminaron por imponer sus ritos a las demás bien por vía de autoridad impositiva, política y militar o sólo religiosa, bien por mero mimetismo cultural.
   La diversidad de ritos en Oriente ha sido siempre respetada y admirada por la Iglesia Católica a medida que ha ido desarrollándose de forma organizativa. Los Concilios, y los Papas cuando fueron influyentes ante ellos, dejaron muy claro el carácter secundario de las ceremonias y de los ritos, siempre que se armonizaran con los dogmas que están detrás de las ceremonias.
   Educar litúrgicamente implica hacer conocer los ritos de los otros grupos, sobre todo católicos. Pero en general todos los modos de pensar y de rezar de los grupos separados deben ser presentados en la educación religiosa, como contribución a los deberes ecuménicos del creyente, pero también como conveniencia convivencial, dada la movilidad social de los tiempos actuales y de las grandes masas de emigrantes que proceden de estos lugares.
   Y es bueno recordar que difícilmente se logra una buena educación sin alguna experiencia celebrativa en este terreno.